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Escrito por Elena Salido
La fase denominada ortopédica del recién nacido contempla habitualmente la colocación de obturadores o aparatos en el paladar para mejorar la forma de la arcada, y al mismo tiempo ayudar al bebé a alimentarse en el proceso de succión.
Los aparatos ortopédicos son removibles y se realizan gracias a la toma de impresión en la arcada superior del recién nacido. Hechos a medida de la boca del paciente, y con la diferencia del tipo de fisura que cada niño, los obturadores ejercen presiones dirigidas a conseguir una aproximación de los segmentos maxilares y los procesos palatinos arrastrando también los tejidos blandos y disminuyendo la amplitud de la fisura rápidamente.
Con el efecto terapéutico del moldeado, se consigue que el crecimiento del maxilar se dirija a un desarrollo lo más cercano a la normalidad tanto en forma como en función, permitiendo que los futuros dientes temporales erupcionen en una posición mucho más favorable que estabilizará la forma de arcada en los primeros años de vida del paciente.
La toma de impresión en el recién nacido es un procedimiento clínico que con frecuencia necesita realizarse en medio hospitalario por los riesgos que incluye. Hay que tener en cuenta que no existe separación entre la cavidad bucal y las fosas nasales por lo que son necesarios específicos materiales de impresión y las cubetas utilizadas tienen tamaños muy específicos. El riesgo de asfixia o la ingestión de estos materiales, normalmente siliconas o alginato de fraguado rápido es considerablemente más elevado por la tendencia a desprenderse en pequeños trozos que pueden al deglutirlos pasar a tracto respiratorio.
En la toma de impresión convencional se suelen tener precauciones adicionales para reducir cualquier tipo de riesgo, como la rapidez en el proceso la monitorización cardiaca y de oxigenación del bebé o medidas de ventilación adicionales. Es muy recomendable que la zona del hospital donde el procedimiento se realiza esté cercano a la unidad de cuidados intensivos.
Un grupo multidisciplinar, compuesto por un cirujano, una auxiliar de cuidados intensivos y un ortodoncista son el equipo mínimo que el procedimiento necesita. La preparación de encontrarse tantos profesionales se debe a que algunos niños además de la fisura cuentan con otros problemas añadidos (alteraciones cardiacas, pulmonares, reflejos enlentecidos…) que afectan al normal procedimiento de la toma de impresión para realizar los aparatos del paladar.
Para tratar de minimizar los riesgos de la toma de impresión en el paciente fisurado al mismo tiempo que sea mucho más predecible y con el menor número de riesgos, la utilización del escáner intraoral abre una nueva opción al confirmarse como método seguro, rápido y con registros de calidad cuando queremos elaborar una placa obturadora.
El obturador digital se fabrica normalmente en base a los registros en dos escaneados en épocas diferentes y fabricando de forma tridimensional diversos tipos de placas con los objetivos de cierre ya estudiados y previstos. Podríamos decir que es similar al concepto de los alineadores ortodóncicos, los movimientos se planifican con anterioridad y los obturadores van modificando con su cambio progresivo la forma, anchura y tamaño de arcada del bebé.
Los efectos del obturador en el niño fisurado son inmediatos en lo referente a la alimentación. La cantidad de leche que el bebé puede tomar se duplica en los tres primeros días de su uso. La fatiga del niño disminuye al succionar ya del seno materno o del biberón, al dirigir más fácilmente la leche en la cavidad oral evitando el frecuente atragantamiento si el camino del alimento son las vías aéreas.
El objetivo final de estos obturadores o aparatos del paladar en esta primera etapa consiste en el acercamiento paulatino de los segmentos maxilares y permitan que la cirugía primaria de labio sea más fácil y simple para el cirujano. Cuanto menor sea el espacio entre las partes que divide la fisura el pronóstico quirúrgico mejora notablemente a nivel estético y funcional.
Gracias a la tecnología digital la toma de impresión con un escáner intraoral se abre una nueva era a unos protocolos más seguros, donde el ortodoncista con un apoyo hospitalario menor puede, no solo tomar la impresión digital, sino planificar los objetivos que el equipo multidisciplinar de forma anticipada se proponga, todo será más fácil, rápido y eficaz.
Y con una ventaja adicional, los archivos digitales (STL) tomados en todas las fases del crecimiento del niño servirán para valorar la evolución desde bebé a edad puberal permitiendo valorar el crecimiento facial actual y el pronóstico futuro con un procedimiento simple y rápido en nuestros consultorios.