Existen numerosas causas responsables de estos defectos, pero las más frecuentes son las siguientes:
- La moderna dieta de alimentos blandos disminuye el tamaño de los huesos que albergan los dientes, favoreciendo su mala posición y apiñamiento.
- El hábito infantil prolongado de chuparse el dedo o usar chupete produce el avance maxilar o la inclinación hacia delante de los dientes superiores, o por el contrario, el correcto desarrollo de la mandíbula.
- La pérdida prematura de los dientes de leche, por caries sin tratar, impide la salida correcta de los dientes definitivos.
- La respiración con la boca abierta, por inflamación continuada de amígdalas y adenoides, así como diversas alergias y/o hábitos entorpece el desarrollo normal de los huesos y la dentición.
- La influencia de la herencia familiar trasmite ciertos defectos en la posición de los huesos y los dientes.
- Ciertas enfermedades de las encías tienden a movilizar los dientes y alterar su colocación