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En Ortoface tratamos todo tipo de alteraciones faciales, entre ellas, la fisura labiopalatina y paladar fisurado.
En España, los casos de fisura naso-labio-palatina se manifiestan en aproximadamente un afectado de cada 700 nacimientos, considerándose como uno de los defectos más comunes a tratar por el cirujano plástico o craneofacial. La fisura labiopalatina es una alteración facial que no solo afecta a la apariencia del niño y su autoestima, sino también a la capacidad de respirar, hablar, oír y comer de manera apropiada. Por esta razón, el tratamiento implica la cooperación cercana de un grupo de médicos especialistas y del área odontológica.
El cirujano repara la zona del labio afectado por la fisura, poco tiempo después del nacimiento por lo general entre los 3 y 6 meses de vida. Esta variación dependerá del tamaño y localización de la fisura.
En ocasiones el ortodoncista puede facilitar la futura cirugía del labio y paladar con la colocación de placas y reposicionadores nasales mejorando el pronóstico quirúrgico.
Algo más tarde y sobre los 12 meses de edad suele realizarse la reparación del paladar fisurado, un poco antes de que el niño pronuncie sus primeras palabras. No es infrecuente que niños con fisura desarrollen problemas de audición debido a las infecciones crónicas de oído. Si no se tratan o pasan desapercibidas, puede originar problemas en el lenguaje y el habla. Los audiólogos y otorrinolaringólogos evalúan los problemas auditivos en esta época. Por este motivo en el momento de la reparación del paladar se pueden colocar tubos (drenaje) en los oídos para ayudar a tratar las infecciones y maximizar la sensibilidad auditiva.
La evaluación del lenguaje y la ayuda en la pronunciación de ciertos fonemas suele estar presente en la rutina de desarrollo del habla del paciente fisurado. En algunos casos se necesitan realizar algún tipo de cirugía adicional cuando la terapia del habla no alcanza un nivel de mejora aceptable y el niño no es capaz de articular fonemas normalmente. La cirugía mejora la función del paladar y de la faringe en la zona donde pasa el aire necesario para producir el sonido.
Antes de que el niño comience el colegio, cualquier malformación residual significativa que involucre el labio o la nariz se corrigen quirúrgicamente para ayudar a minimizar los efectos psicológicos que pudiera producir la malformación facial. El tratamiento ortodóncico comienza a tener mayor importancia en el desarrollo de los maxilares durante la última etapa de la niñez. Por lo general a esta edad se realiza una cirugía para corregir la fisura remanente en la arcada dentaria que se denomina injerto óseo alveolar.
Si bien la mayoría de los niños con fisura labiopalatina necesita ortodoncia, un porcentaje más reducido de estos pacientes requerirán cirugía ortognática (con el avance maxilar o reducción de la longitud mandibular). En estos adolescentes el avance del maxilar permanece debajo de la media de crecimiento necesario y la cara se desarrolla con una apariencia diferente que suele acentuarse a medida que el crecimiento facial va avanzando.
La cirugía implica el reposicionamiento de ambas arcadas para mejorar la oclusión y la apariencia facial del paciente. El cirujano maxilofacial planifica cuidadosamente la cirugía con los especialistas odontológicos (dentista, ortodoncista, implantologo) para lograr los mejores resultados alcanzables. Una vez que los huesos faciales y dientes mantienen una alineación correcta, el tratamiento suele finalizar con la última cirugía de nariz y labio.
No suele ser posible que una sola cirugía corrija por completo todos los problemas derivados de la fisura labiopalatina.
La necesidad de correcciones futuras depende de cómo se desarrolle la cara del paciente. Con el tiempo, normalmente se necesitan más retoques para modificar los cambios que aparecen con el crecimiento facial (ajustes estéticos).
Los niños necesitaran cuidados odontológicos y de ortodoncia, además de logopedia. Cada una de estas especialidades tiene un papel más relevante durante los diferentes periodos del crecimiento del niño.
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